Por: Yorleny Sanchez Badilla, psicología con énfasis en modificación de la conducta
Castigo positivo y Castigo Negativo: Técnicas usadas en Niños para modificar conductas.
De acuerdo con Castillero (2005) los seres humanos nos comportamos de manera diferente según la situación, intentamos adecuar nuestra conducta a las situaciones que vivimos, de modo que resulte adaptativa en el medio natural y social. Sin embargo, en algunos casos se llevan a cabo conductas que nos resultan desadaptativas, no se adecuan ni permiten una buena convivencia o dificultan la relación interpersonal.
En ocasiones puede ser necesario hacer una modificación de dichas conductas. Dos procedimientos para modificar conductas, especialmente para disminuir su frecuencia, son el castigo positivo y el castigo negativo. ¿Cómo funcionan? Estas técnicas de castigos se utilizan con mayor frecuencia en niños, para modificar conductas que los adultos consideran incorrectas a nivel comportamental, y se desea sean modificadas por otras mejor adaptadas de acuerdo con lo establecido a las normas de la sociedad.
Se explicará el concepto de castigo positivo y negativo para sea de utilidad en la vida diaria en cuanto al trato con menores de edad se refiere.
Castigo Positivo
Según Castillero (2005) es aquél en el que se aplica un estímulo aversivo para el sujeto ante la realización de una conducta determinada, haciendo del estímulo una consecuencia de su realización, con el fin de que el individuo disminuya la frecuencia o deje de realizar la conducta en cuestión.
En combinación a lo expuesto por el condicionamiento operante citado por Claire (2014) según lo cual el sujeto tiene más probabilidades de repetir una conducta si esta conlleva consecuencias positivas y, por el contrario, tiene menos posibilidades de repetir una conducta que le ocasiona consecuencias negativas.
Por ejemplo, si un niño se muerde las uñas y se le ha aplicado un producto amargo para evitar que se las muerda. Cada vez que se las muerda recibirá un castigo positivo en forma de estímulo desagradable, sus uñas saben amargas. El mensaje es: “evita morderte las uñas ya que si lo haces será desagradable”. (Claire, 2014).
De este modo, el mecanismo básico del castigo positivo es presentar un estímulo desagradable cada vez que la persona haga la conducta no deseada. Se recomienda utilizar estimulaciones de forma coherente, de manera que a la conducta siempre le siga la consecuencia. La modificación de conducta se produce como manera por parte del sujeto de evitar o escapar a la estimulación aversiva.
El castigo positivo es un procedimiento en el que se basan diversas técnicas, tales como el conjunto de terapias aversivas (eléctrica, olfativa, gustativa, táctil, auditiva, química o encubierta), la saciación como práctica masiva en diferentes trastornos adictivos, la sobrecorrección o la pantalla facial.
Castigo Negativo.
Castillero (2005), expone que el castigo negativo consiste en retirar un estímulo deseado y reforzador por parte del sujeto ante la realización de una conducta concreta, de manera que el sujeto disminuya su frecuencia en prevención de dicha pérdida.
De acuerdo con lo expuesto por Claire (2014), el castigo negativo significa ausencia o retirada de un estímulo agradable cuando se realiza una conducta inadecuada. Por ejemplo: unos niños que están viendo una película, dejarán de ver la película si comienzan a pelearse o hablar durante la película.
Pero no sólo vemos el uso del castigo negativo en los niños, también lo encontramos en los adultos pues ¿Qué son las multas y la retirada de puntos de la licencia de conducir, si se corre demasiado o se sobrepasa la tasa de alcohol permitida.
El castigo negativo es adecuado en circunstancias como por ejemplo si un niño está recibiendo fichas, cromos o puntos cuando son capaces de controlar una conducta, el hecho de dejar de percibir sus puntos o cromos si realiza una conducta inadecuada crea una asociación clara. “Esta conducta no la debo repetir ya que perderé puntos, cromos o cosas que me gustan”.
En resumen, se debe tener en cuenta que el estímulo a retirar sea significativo para la persona, pues de lo contrario no tendrá efecto.
A continuación, se explicará brevemente los tipos de reforzamientos que existen para tratar terapéuticamente a los pacientes, y así realizar el enfoque de modificación conductual de acuerdo a las técnicas adecuadas.
Tipos de reforzamientos
De acuerdo con lo expuesto por Bados (2011, p 2) Las técnicas operantes son aquellas que implican la manipulación de los antecedentes y consecuentes que controlan la conducta con el fin de conseguir cambios en esta. Las técnicas operantes pueden clasificarse en tres categorías según se empleen para: a) desarrollar, aumentar o mantener conductas, b) reducir o eliminar conductas, y c) potenciar y/o debilitar conductas.
Según Bados (2011, p2) existen reforzamientos positivos y negativos, pero en el presente artículo se enfocará principalmente en los positivos y su subdivisión.
Reforzamiento positivo.
Un reforzador positivo es un estímulo (evento, conducta u objeto) cuya presentación contingente a una conducta da lugar a un aumento o mantenimiento de esta, de modo que este aumento o mantenimiento es menor o no se da cuando la presentación es no contingente. Se han distinguido diversos tipos de reforzadores positivos:
Primarios, secundarios, generalizados. Los reforzadores primarios o incondicionados son aquellos que no requieren de experiencias de aprendizaje para funcionar como reforzadores; comida, bebida, contacto sexual. Los reforzadores secundarios o condicionados son aquellos que adquieren su capacidad reforzante mediante la asociación con otros reforzadores primarios o secundarios o mediante la asociación con la retirada de estímulos aversivos. Los reforzadores generalizados son reforzadores condicionados asociados con diferentes reforzadores primarios y/o secundarios; ejemplos son la aprobación, el afecto, la atención, la sumisión, el dinero y los puntos en una economía de fichas. Son fáciles de administrar y especialmente eficaces porque permiten acceder a una variedad de reforzadores y, por tanto, no dependen de un estado específico de privación como cuando se utiliza un único reforzador primario o secundario. En ocasiones siguen siendo eficaces aún cuando ya no sean acompañados por los reforzadores en que se basan.
Naturales, artificiales. Los reforzadores naturales son aquellos que se emplean habitualmente en el medio de la persona para reforzar la conducta en cuestión; por ejemplo, premiar la conducta de estudio con alabanzas y buenas notas. Los reforzadores artificiales son aquellos que no se emplean habitualmente en el medio de la persona para reforzar la conducta en cuestión; por ejemplo, premiar la conducta lectora con partidas de parchís o paseos en bicicleta. (Bados, 2011, p3)
BIBLIOGRAFIA
Bados, A (2011). Técnicas Operantes. Recuperado de: http://diposit.ub.edu/dspace/bitstream/2445/18402/1/T%C3%A9cnicas%20operantes%202011.pdf
Castillero, O (2005). Castigo positivo y castigo negativo ¿Cómo funcionan?. Recuperado de: https://psicologiaymente.net/desarrollo/castigo-positivo-castigo-negativo.
Claire, M (2014). Castigo positivo vs castigo negativo. Recuperado de: https://depsicologia.com/castigo-positivo-vs-castigo-negativo/
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